En la tradición chamanística, el sonido se ve como un camino para entrar en otros mundos y realidades. En el pasado, el acceso a esta otra realidad era un secreto excepcionalmente guardado y sólo podía ser comprobado después de un largo período de estudios, meditaciones y ceremonias especiales.

Pasado el tiempo y bien metidos en este siglo, todas las enseñanzas e información sobre los yoghis y shamanes y sus actuaciones en estos «estados de trance consideraban generalmente «secretos», o incluso «milagros», o tambien por otra parte, trucos inteligentes basados en habilidades de sugestión y a veces de la superstición y credulidad de los espectadores, han prudicido cambios en la sociedad hacia la búsqueda de un «propio interior» o «propio sendero», desviando así atención enfocada en la Iglesia Católica hacia otros campos mas misterioso y lejamos. A esa corriente se le llamo Nueva Era, pero en realidad no es nueva, sino la mas tradicional y ancestral de todas.

El maestro Sufi Hazrat Inayat Khan, que era un famoso músico antes de dedicarse a su labor de guía espiritual, dijo, entre otras cosas, que la música no sólo proporcionaba fuerza a la personas sino que también las transportaban al éxtasis. Dijo que los místicos, a través de los años siempre han amado la música por encima de todo. Los Sufis siempre han considerado la música como fuente de inspiración para sus meditaciones y creen que la meditación con música es más fructífera que la meditación sin ella.

La medición de las ondas del cerebro electromagnéticas ha demostrado que hay un número de longitudes de onda claramente reconocibles, cada una conectada a un estado de conciencia diferente. Sabemos que el estado normal del cerebro produce ondas Beta. Las ondas Alfa están presentes en el cerebro en un estado de meditación y de conciencia en calma. Las ondas Zeta se producen en un estado de «medio sueño» y las ondas Delta se activan solamente mientras se duerme profundamente.

También es posible grabar las ondas que emiten los cuencos cantores. Se ha descubierto que entre los modelos de onda de los distintos cuencos cantores hay un modelo de onda que se puede medir que es equivalente al de las ondas alfa que produce el cerebro. Estos cuencos en particular inspiran un sentimiento de profunda relajación y de «apertura del espacio interior». La información del cerebro se transmite a través de las «neuronas», células nerviosas con largas prolongaciones ramificadas que se conectan para transmitir impulsos nerviosos.

Esta transmisión utiliza las propiedades electromagnéticas de las células para transmitir ondas de comunicación rápida. Cada uno de los diez mil millones de neuronas de la mente humana tiene un potencial ilimitado. Podría ser que la vibración de libre movimiento producida por los cuencos cantores estimule las neuronas para realizar más conexiones. Si esto es así, podría significar que la conciencia literalmente se desarrolla.