Como elegir un cuenco tibetano

Primero hay que saber que hay muchos tipos de cuencos cantores tibetanos, y dentro de la gran variedad de cuencos y calidades se pueden clasificar en dos grandes grupos:

1- CUENCOS ANTIGUOS

Los cuencos antiguos son todos aquellos fabricados hace más de 40 años, época en la que se empezó a utilizar el torno. Estos cuencos tienen mejor construcción y mejor aleación (7 metales o más) que los modernos, pero no siempre el estado de conservación es bueno, hay que tener en cuenta que con el uso continuado los cuencos sufren desgaste con los años. Dentro de los cuencos antiguos podemos encontrar muchas calidades distintas.

Cuencos Delfín

Si ponemos un poco de agua dentro de un cuenco y lo percutimos con una baqueta, al mover el cuenco puede sonar un particular sonido parecido al emitido por delfines.

Al hacer esto muchos cuencos suenan un poco, pero se dice que un cuenco es delfín cuando se escucha claramente este sonido. Este tipo de cuencos son difíciles de encontrar ya que hay que probar muchos para identificarlos.

Cuencos Jhumka, perfectos para conciertos y terapias sonoras

Los nuevos cuencos Jhumka son muy gruesos (5 milímetros de grosor de pared), por su grosor y construcción sacan un potente y duradero sonido cuando se friccionan por el borde.

Por sus características recomiendo estos cuencos para trabajar con sonido en conciertos y sesiones sonoras ya que el sonido de batido es muy potente y puede mantenerse bastante tiempo. Tienen unas dimensiones perfectas para sostenerlos en la mano y su peso no supera 1,7 Kg.

Como tocar un Cuenco Tibetano

Antes de tocar un Cuenco Tibetano, deberíamos hacer un autoanálisis de nuestro estado interior, si estamos con estres o ansiedad recomiendo cerrar los ojos y hacer varias respiraciones profundas inspirando por la nariz y exhalando por la boca hasta que nuestro estado sea más calmado y sosegado. También aconsejo que el lugar donde vamos a tocar sea el adecuado, que no hayan ruidos molestos y nos sintamos a gusto y cómodos. Después ya podemos coger nuestro cuenco.