La meditación sonora es aquella que utiliza la música, los sonidos de la naturaleza o de elementos como cuencos tibetanos, para calmar la mente. El objetivo es llevar a la mente a un estado de relajación profunda.

Pasos (Meditación Cuenco Tibetano)

Siéntate en una posición cómoda, puede ser con un cojín en el suelo con las piernas cruzadas o en una silla.

Mantén la espalda lo más recta posible.

Concéntrate en la respiración.

Inhala profundamente por la nariz y exhala despacio por la nariz.

Coloca el cuenco en la palma de una de tus manos y con la otra mano percute suavemente con la parte de la piel de la baqueta en el borde del cuenco.

Escucha el sonido hasta que éste termine.

Concéntrate en el sonido y si viene un pensamiento no lo sigas.

Deja pasar unos segundos y vuelve a percutir de nuevo.

Acerca el cuenco a tu corazón, percute y siente el sonido en este punto.

Deja pasar unos segundos y vuelve a percutir de nuevo.

Después puedes hacer lo mismo en los centros energéticos principales. (tercer ojo, coronilla, garganta, plexo solar, sacro, raíz)

Para terminar la meditación permanece 5 minutos en silencio observando la respiración.

La meditación es un entrenamiento mental. Al meditar desarrollamos cualidades como la atención plena, la compasión y el optimismo; y nos ayuda a saber gestionar dificultades como el estrés, la ansiedad y los pensamientos obsesivos y/o negativos.

Meditar puede aportarnos muchos beneficios para nuestra vida, ayuda a calmar la mente, permitiéndonos concentrarnos en el presente y desenredar nuestros pensamientos y de esta manera podemos encontrar estados de paz, alegría y lucidez. Las personas que meditan experimentan: menos estrés, mejor autoestima, mayor creatividad, más estabilidad emocional y más atención al presente.Sobreviene una lucidez y capacidad de ver las cosas tal y como son y sin tantas influencias tanto por nuestras propias vivencias y prejuicios como por los condicionantes externos. Esta lucidez y la reducción de la agitación mental afecta en todas las áreas de nuestra vida: en la toma de decisiones, el bienestar, cómo nos relacionamos con el entorno, etc.

Y cuanto más pleno se siente uno, más desea que otros lo estén. Los meditadores tienden a: ser más empáticos, ayudar más a otros, ser más generosos y sentir más conexión con los demás.

¡Utiliza el sonido de tu cuenco siempre que lo necesites!

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